Preguntas frecuentes

Preguntas frecuentes

La Asociación APSA, como miembro de Plena Inclusión, asume la definición de discapacidad intelectual y del desarrollo propuesta por la American Association on Intellectual and Developmental Disabilities (AAIDD). La definición es la siguiente:

Es una discapacidad caracterizada por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa que se manifiesta en habilidades adaptativas conceptuales, sociales, y prácticas».
La limitaciones a que hace referencia la definición se expresan principalmente en las habilidades que la persona aprende para funcionar en su vida diaria y que le permiten responder en distintas situaciones y en contextos diferentes.
La discapacidad intelectual se expresa cuando una persona con limitaciones significativas interactúa con el entorno. Así, la discapacidad depende tanto de la propia persona como de las barreras u obstáculos que tiene el entorno. Según sea un entorno más o menos accesible, la discapacidad se expresará de manera diferente
A las personas con discapacidad intelectual les cuesta más que a los demás aprender, comprender y comunicarse. Es importante remarcar que la discapacidad intelectual NO ES una enfermedad mental. Es más, la discapacidad intelectual NO ES una enfermedad
Las asociaciones luchamos para que se perciba a la persona con discapacidad intelectual y del desarrollo:

– Como un ciudadano de pleno derecho.
– Con comprensión y respecto a sus diferencias.
– Con posibilidades de progresar si le damos los apoyos adecuados.

Hay muchos tipos y causas diferentes de discapacidad intelectual. Algunos se originan antes de que un bebé nazca, otros durante el parto y otros a causa de una enfermedad grave durante la infancia, pero siempre aparece antes de los 18 años.

Las personas con discapacidad grave y múltiple (limitaciones muy importantes y presencia de más de una discapacidad) necesitan apoyo todo el tiempo en muchos aspectos de sus vidas: para comer, beber, asearse, peinarse, vestirse, etc.
Una parte importante de las personas con discapacidad intelectual tienen necesidades de apoyo que son consideradas de carácter limitado o intermitente.
En España hay casi 300.000 personas con discapacidad intelectual. Como cualquiera de nosotros, son personas con necesidades, actitudes, capacidades y gustos particulares, que por tanto, quieren cosas diferentes en sus vidas y necesitan también diferentes apoyos.

Para saber más:AAIDD (2011). Discapacidad intelectual: definición, clasificación y sistemas de apoyo. Madrid: Alianza Editorial.

Discapacidad del desarrollo es un término que engloba a la discapacidad intelectual, a los trastornos del espectro de autismo, a la parálisis cerebral y otras condiciones de discapacidad estrechamente relacionadas con la discapacidad intelectual o que requieren un proceso de apoyo similar al requerido para personas con discapacidad intelectual.
Se utiliza para las discapacidades que se originan en el tiempo del desarrollo; generalmente, en nuestra cultura, este tiempo se ciñe a los primeros 18 años de vida de la persona. Indica que existen limitaciones en áreas relevantes de la vida tales como el lenguaje, la movilidad, el aprendizaje, el autocuidado y la vida independiente.

Hay cuatro categorías de factores que pueden darse antes, durante o después del nacimiento de un niño. Se trata de:
Trastornos genéticos: (como el síndrome de X Frágil, la fenilcetonuria, el síndrome de Lesch-Nyhan) son transmitidos al niño a través de los genes en el momento de la concepción.
Trastornos cromosómicos: suceden durante el proceso de disposición de los cromosomas. Los más frecuentes son el síndrome de Down, el síndrome de Prader-Willi y el síndrome de Angelman.
Causas biológicas y orgánicas: aparecen antes, durante o después del nacimiento. Las principales causas prenatales son el sarampión y la rubeola durante el embarazo, el consumo de toxinas o de ciertos medicamentos. En cuanto a los factores perinatales (durante el alumbramiento), cabe destacar la exposición a toxinas o infecciones (por ejemplo el herpes genital), la presión excesiva en la cabeza o la asfixia. Por último, pueden darse algunas causas postnatales como un traumatismo craneano o una meningitis.
Causas ambientales: por ejemplo, carencias alimenticias de la madre durante el embarazo, el consumo de drogas o alcohol, la falta de estimulación física y sensorial y la carencia de atención sanitaria.

La discapacidad intelectual NO es una enfermedad sino que, en algunos casos, es una consecuencia de una enfermedad. Por tanto, no es algo que “se cure”. La discapacidad intelectual se refiere a una limitación importante en el funcionamiento de la persona, no a la limitación de la persona. Y la limitación en el funcionamiento es consecuencia de la interacción de las capacidades limitadas de la persona con el medio en el que vive. La discapacidad intelectual además no es algo estático, pues con los apoyos adecuados una persona con discapacidad intelectual mejorará en su funcionamiento y su ajuste al contexto social, físico y cultural en que vive.

Sí, y lo deseable es que lleve una vida lo más normal posible, como una persona más en los distintos contextos en los que esté a lo largo de su vida: en su familia, en la escuela, en el trabajo, en su tiempo de ocio… Posiblemente necesitará apoyos para hacer algunas cosas, o que algunos entornos se adapten y hagan accesibles /comprensibles. Pero es importante que viva como un ciudadano más.

La discapacidad intelectual se diagnostica cuando se cumplen tres criterios. 1. Tener un funcionamiento intelectual inferior a 70 puntos de Cociente Intelectual, medido por determinadas pruebas de inteligencia; 2. Tener limitaciones en las habilidades para adaptarse a la vida corriente, lo que también debe ser medido por determinadas pruebas; 3. Que lo anterior se produzca antes de los 18 años de vida.

La denominación ha cambiado a lo largo de los años, debido a las solicitudes del entorno familiar y de las propias personas que consideraban peyorativos los nombres que definían su discapacidad.
En el momento actual la denominación adoptada por las propias personas con esta discapacidad es:
“PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL”

Por primera vez, son ellas mismas las que manifiestan su deseo de adoptar un nombre distinto del que le precedía: “personas con retraso mental”. Ante todo, PERSONAS.

Éste es un aspecto vital para que las personas con discapacidad sean valoradas: su discapacidad NO les incapacita para todo . Sólo, y siempre dependiendo de cada persona, para aquellas habilidades concretas que su capacidad, por debajo de la media, no les permite desarrollar plenamente. Por tanto pueden trabajar, pueden vivir en sociedad, pueden tener autonomía.

Fuente: INE

El número de residentes en España que sufren discapacidad asciende a 3.847.900 (2,3 millones de mujeres y 1,55 millones de hombres), lo que supone el 8,5% de la población. De ellos, 608.000 personas viven solas y 269.000 residen en centros de personas mayores o con discapacidad o en hospitales psiquiátricos o geriátricos. Más de un millón afirma que no reciben ninguna ayuda para realizar las actividades para las que tienen discapacidad.

Según estadísticas de Eurostat, hay 37 millones de europeos con alguna discapacidad (14,5%: un 10% con discapacidad moderada y un 4,5% con discapacidad severa).